Para Lograr Lo Que Nunca Has Tenido, Haz Lo Que Nunca Has Hecho

Hemos hablado, leído, incluso puesto en práctica varias o todas las formas posibles de mejorar nuestro entrenamiento.  Tratamos de  perfeccionar nuestros levantamientos, los gimnásticos, correr, remar, andar en bici y nadar de forma eficiente, de tal manera que nuestro “fitness” nos ayude quizá a ser los mejores del box,  ganar  la próxima competencia, llegar a los Regionales e incluso, porque no, tener ese puesto en California en los tan sonados y añorados CrossFit Games.

¿Pero qué podemos decir? ¿Acaso no es lo que la mayoría de atletas en los más de 11,000 boxes al rededor del mundo están haciendo, para tratar de obtener los mismos resultados?

Si es así, entonces, ¿qué más puedo hacer? ¿Qué más debo hacer? ¿Será que debo invertir cantidades enormes de dinero en suplementos, hasta llegar a encontrar el producto indicado que me llevará al próximo nivel? A convertirme en el súper crossfitter, en el súper humano que de una u otra forma queremos llegar a ser, porque si lo pensamos, éste es el objetivo de todos.

Otros enfoques

Que tal si empezamos a preocuparnos de invertir tiempo en otro tipo de entrenamiento, en un tipo de entrenamiento que también promueve el principal principio de CrossFit: entrenamiento para la vida.  Dejemos entonces por un momento de lado los bumpers, kettlebells, barras y anillos para concentrarnos en nuestro “ser”.

Si, en nosotros, recordando claro que cada individuo es un cuerpo (no solamente posee uno), es una mente y es un espíritu, no será que debemos dedicarle el mismo tiempo al entrenamiento y fortalecimiento de los otros dos pilares de cada “ser”.

Estamos de acuerdo que le dedicamos el tiempo necesario al fortalecimiento de nuestro cuerpo; pero, ¿qué me dices de la mente y el espíritu?

Cuerpo, Mente y Espíritu

Así como el mejor entrenamiento y el mejor combustible transforman tu cuerpo, deberás darle el mejor entrenamiento y mejor combustible a  tu mente y tu espíritu; entonces  si partimos del principio que sugiere que el hombre es lo que come debemos saber qué le estamos dando de comer a nuestra mente y espíritu.

¿Cómo  saberlo? Solo pregúntate a ti mismo, que ves cuando te levantas, que lees, si es que lo haces y si no lo haces, qué esperas para hacerlo. De que hablas dentro y fuera del box. ¿Cuáles son tus conversaciones internas? Es decir, qué te dices a ti mismo, no sólo sobre CrossFit si no en cada aspecto de tu vida. ¿Son diálogos constructivos?

¿Haces algo por tu comunidad? ¿Ayudas a tu hermano crossfitter en sus técnicas, lo motivas? O simplemente eres de los que está buscando el menor tiempo en el WOD  para alardear al respecto, recuerda que cualquier actitud de superación en la vida empieza con la humildad.

¡Ejercita tu mente! Lee, aprende, es la mejor manera.

¿Y el espíritu? La meditación es un camino, de la forma que tú la consideres, hay quienes necesitan silencio absoluto; en lo personal cuando hago el WOD es mi espacio para meditar para concentrarme única y exclusivamente en mí, por mi cabeza no existe nada más, sólo yo y el WOD, antes de empezar doy gracias por ser este cuerpo y es cuando se activa la conciencia y puedo sentir cada uno de los elementos que lo componen, esto inevitablemente me lleva a vivir ese momento, el presente.

Con la mente en blanco y en perfecta fusión conviven los tres elementos: cuerpo, mente y espíritu.

Espiritualidad no es sinónimo de religión, es fortalecer la voluntad, volverla inquebrantable, de acero. Recuerda, somos 1 % carne y 99% espíritu.

Crecer, creer, crearse y luego reinventarse. ¡No es metáfora, es literal!

 

Fuente: www.rxmagazine.co

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